martes, 22 de abril de 2008

Ética dentro de la sala de clases

Cuando todavía cursaba el segundo año de educación media , un profesor de un taller llamado aprender a pensar me llamó la atención por estar molestando a un compañero que tenia una desviación sexual, en pocas palabras era homosexual y todos lo molestaban , agravando su situación era el liceo Andrés bello de San Miguel, al encontrarme fraganti el profesor me llevó fuera de la sala, conversamos sobre sexualidad, y me advirtió que yo le estaba haciendo un mal mayor a aquel compañero del cual yo me estaba burlando, pues todavía el podía sentirse dentro del curso y no discriminado por su condición sexual, a lo que yo entendí y nunca más lo moleste, mis mofas consistían en formar una pelota con una hoja de papel, entonces se la lanzaba suavemente para que él la agarrara y le decía a toda voz, ¡¡¡oye, agarradme el paquetito!!!, y generaba la risa de todos, pero después me di cuenta que él no se sentía bien, ni cómodo , ni comprometido con su futuro que en ese horizonte eran los estudios, pero lo que quiero recalcar es la actitud del profesor, que no permitió ese daño y generó una buena onda hacia nuestro compañero, acrecentado la aceptación por parte de la gente homosexual a que el reproche de la sociedad y más dentro de una sala de clases, otro profesor no hubiese a lo mejor generado la misma situación de comprensión si hubiera sido homo fóbico, o enchapado a la antigua, o con otras creencias un tanto más religiosas, que quiero decir con todo esto. Que un profesor por muy profesor que sea no puede establecer ninguna doctrina ni pensamiento que atente en contra de un alumno en particular, ayudando a que esta sociedad se unifique y no de denigre ni desintegre por cosas que se han vuelto tan normales como ir a comprar el pan y con la cual nos desenvolvemos en nuestro día a día.

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