Hola, yo soy Catalina y les quiero contar mi historia de vida del colegio “El Más Allá”, de los años quinto a séptimo año básico. El protagonista de ésta historia es el profe de matemáticas, alias el “payaso”.
Cada vez que tenía clases de matemáticas era lo peor, transpiraba helado, me ponía muy nerviosa y siempre me estudiaba muy bien las tablas antes de entrar a clases. Creo que no era sólo yo que me ponía así y me preparaba de esa manera, ya que todos mis compañeros debían y hacían lo mismo.
Estudiar las tablas no era precisamente porque éramos muy estudiosos y aplicados. La razón del estudio de las tablas de multiplicar y todo el nerviosismo de asistir a clases, recaía netamente en el Payaso. Este viejo era de esos profes de matemáticas que te quieren joder sí o sí. Amargado, neurótico, mal humorado y muy muy agresivo. El Payaso entraba a la sala y empezaba a preguntar las tablas al azar, creo que todos nos sabíamos las malditas tablas, pero nadie las contestaba correctamente. Nos poníamos tan nerviosos que a todos se nos nublaba la mente, era como sino hubiésemos estudiado y esto conllevaba, por supuesto, a que el Payaso se quedara sólo en la sala, ya que el alumno que no le respondía bien, lo echaba para fuera.
Como no podía tener a todo el curso fuera de la sala, luego de cinco minutos aproximadamente nos hacia entrar y ahí de nuevo se venía el nerviosismo a mil por horas. Se ponía a gritar como un loco que no sabíamos nada, que éramos unos tontos, que no servíamos para nada, etc etc etc., pero aquí no termina todo. El Payaso pasaba un poco de materia o se ponía a revisar las tareas y nos sacaba al pizarrón para hacerlas ahí. Juro que aquí casi todo el curso llegaba a llorar de angustia, era lo peor. A los hombres que no sabían generalmente les pegaba una patada en la parte trasera y gracias a Dios que era mujer y me salvaba de que no me pegara, porque a nosotras las mujeres no nos pegaban, pero nos decía que servíamos solamente para peinarnos, maquillarnos y las cosas que hacemos las mujeres, según él.
Claramente estas acciones tuvieron consecuencias en mi vida escolar. En sexto básico repetí por la asignatura de matemáticas y esto trajo grandes tristezas para mi madre que no sabía ya que hacer para que me fuera bien en matemáticas. Pero el profesor nose fue nunca del colegio, así que tuve que dejar de lado mis miedos para poder seguir los años que me seguían de colegiatura. Años más tarde, descubrí que al Payaso le gustaba la coca, ahí entendí muchas cosas del comportamiento de su conducta para con los alumnos… estaba bastante ya madura para asimilar todo este tipo de cosas, que en algún momento no supe explicarme.
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